miércoles, 12 de noviembre de 2008


Lo impresionante de la descripción de Porfirio de los mexicanos y de algunos de sus comentarios es que después de cien años seguimos siendo iguales, no cambiamos y no aprendemos de la historia, no se si por falta de lectura o por falta de voluntad.

La democracia de ahora es perfectamente descrita por Díaz. Cuando en México ganó las elecciones, nuestro actual presidente Felipe Calderón, no se hicieron esperar las protestas e intentos del “peje” de desprestigiar al presidente, al punto que se autonombró presidente. Por otro lado cuando el presidente electo Barak Obama ganó las elecciones en Estados Unidos, el discurso de su contrincante John McCain demostró la madurez de de ese país. Acepto su derroto y además se puso a las ordenes de Obama para poder ayudar a su país.

La descripción del mexicano es igualmente aplicable al mexicano de hoy. Sus deseos de ver a un México mejor siguen siendo los deseos de todos nosotros, porque todavía no lo hemos logrado. La influencia de nuestro vecino del norte sigue siendo abrumadora.

Nuestro problema es contestar a las preguntas ¿Cómo mejorar? ¿Cómo cambiar? ¿Cómo lograr ese progreso tan anhelado?

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